Battle chap 6. Healing

Soren got Ragnell and leant against a nearby tree, then moved his arms by his chest and stretched his commander. He let go a snort of effort similar to the weight of Ike, but despite the fact that he heard the crack of protest from his back, he managed to support it in the trunk, with his sword. He caught air, feeling a stubborn pain in the stomach. The, he put a hand on his wound. It was fortunate that the bandits took a potion; at least the bleeding had stopped, also that they wore bandages. They were very careful to be what they were, at least more than them. He took the healing staff and concentrated until it shone, noting how to start off the heat.

The blue-haired didn’t wake up since one hour later. He opened his eyes slowly, and the first thing that he could see was the tactician with his head bowed. He was holding his arm, healing it helped with the staff. A blue light came out of the tips of his fingers. He sighed relieved. Soren heard the sound and raised his head. Seeing that his commander awoke at last, he smiled. - Welcome back, Ike! - The mercenary returned him the smile and looked around. They were alone, with the exception of bodies that covered the floor. That surprised him.
- ¿What happened? I thought that something had come to help.
- ¿What you want that somebody help them? They don’t know where are we.
- It’s truth… But then, who has finished with the bandits? I thought that some had survived. - Soren threw him a look full of meaning. - ... You?
- ¿Why are you so surprised? – He was able to notice something of reproach in his voice.
- Well ... No one knows better than me you are perfectly capable of defeating a battalion alone… with your magic book. Didn’t it broke? – The black-haired stare fell back on his arm to begin to put on the dressing. Although he had the feeling that the mage had done it to avoid their gaze.
- I didn’t use the magic book.
- ¿And then…? – Now he was sure. He had avoided looking him! The magician glanced furtively to one side. Following the trajectory of his eyes, he could spot a cane on the floor. The head was covered to something that seems like… blood? - Soren, ¿that's what I think it is? - The commander stood up heavily and went into the cane.
- Ike! Have you suffered serious injury, you shouldn’t...
- ¡oooouch!
- Put on your feet…

Soren cogió a Ragnell y la apoyó contra un árbol cercano, luego pasó los brazos por el pecho de su comandante y estiró. Dejó ir un bufido de esfuerzo ante el peso de su comandante pero, a pesar de que escuchó el crujido de protesta de su espalda, consiguió apoyarle en el tronco, junto a su espada. Cogió aire, sintiendo un dolor lacerante en el estómago. Se puso una mano sobre la herida. Era una suerte que los bandidos llevaran una poción, al menos había dejado de sangrar. Y tambien llevaban vendas. Eran muy precavidos para ser lo que eran, como mínimo más que ellos. Cogió el bastón de curación y se concentró hasta hacerlo brillar, notando como empezaba a desprender calor.

El peliazul no despertó hasta una hora después. Abrió los ojos con lentitud, y lo primero que vio fue al estratega con la cabeza gacha. Estaba sosteniendo su brazo y lo curaba con la ayuda del baston. Una luz azulada salia de las puntas de sus dedos. Suspiró aliviado. Soren escuchó el sonido y levantó la mirada. Al ver a su comandante por fin despierto, sonrió. – Bienvenido de nuevo, Ike. – El mercenario le devolvió la sonrisa y miró a su alrededor. Estaban solos, a excepción de los cuerpos que cubrían el suelo. Aquello le sorprendió.
- ¿Qué ha pasado? Pensaba que habían venido ayudarnos.
- ¿Cómo quieres que vengan a ayudarnos? No saben donde estamos.
- Ya… Pero, entonces, ¿quien ha acabado con los bandidos? Pensaba que algunos habían sobrevivido. – Soren le echó una mirada llena de significado. - … ¿Tú?
- ¿Tanto te sorprende? – Pudo notar algo de reproche en su voz.
- Bueno… Nadie sabe mejor que yo que eres perfectamente capaz de derrotar a todo un batallón tu solo… con tus libros de magia. ¿No se supone que se te había acabado? – El moreno bajó la vista de nuevo hacia el brazo, para empezar a ponerle un vendaje. Aunque él tenía la sensación de que lo había hecho para eludir su mirada.
- No usé el libro de magia.
- ¿Y entonces…? – Ahora estaba seguro. ¡Había evitado mirarle! El mago miró furtivamente hacia un lado. Siguió la trayectoria de sus ojos y divisó un bastón en el suelo. El cabezal estaba cubierto de algo que parecía… ¿sangre? - Soren, ¿eso es lo que creo que es? – El comandante se levantó pesadamente y se dirigió hacia el bastón.
- ¡Ike! Has sufrido heridas muy graves, no deberías…
- ¡Aaay!
- Ponerte en pié todavía…

Ike-->
Soren--> aruyn
Photograph-->
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